Una breve descripción de este texto: a partir de la presentación de una obra teatral, una reflexión. La obra en cuestión es “Lo sagrado”. Julio Chávez y elenco, con maestría actoral y la profundidad de un texto complejo, que enfrenta una problemática de nuestro tiempo, mediante el género dramático, referido a una característica de nuestra época, esta es, la pérdida de la privacidad, la necesidad de mostrarlo todo. Chávez mismo, en una entrevista que le hizo el diario Perfil, lo describe en pocas palabras: “…Algo se está haciendo cargo de nosotros: la técnica, el sistema capitalista, la inteligencia artificial o las redes…”. En otro párrafo el actor nos dice: “la pregunta sería: ¿se puede hacer cualquier cosa con la vida del otro?
Frente a estos interrogantes cabe preguntarnos por hechos de lo cotidiano, andando por escuelas, por la calle, por las redes sociales, en los noticieros o escuchando la radio. ¿Cuánto de esto nos influye todos los días? ¿Cuántos jóvenes ávidos de likes en las redes luego del posteo de fotos propias, cuántos adultos mostrando sus vidas en fotos familiares de hijos, nietos, parejas, en viajes, en actividades de todo tipo, mostrando sin criterio claro sus vidas tratando de que parezcan perfectas, perdiendo sin saber aquello que nos hace también individuos, que es la privacidad?
El psiquiatra francés Serge Tisseron se refirió a este fenómeno como “extimidad”, un concepto que toma de Jacques Lacan, y que describe “ el deseo de mostrar fragmentos de la propia intimidad de los cuales ignoramos el valor, a riesgo de causar desinterés o incluso rechazo de los interlocutores, pero con la esperanza de que su mirada reconozca su valor y lo haga realidad ante nuestros ojos”
De lo que hablamos se refiere a lo que Jean Baudrillard denominó “narcisismo digital”. Son prácticas de comunicación típicas de nuestra época digital que tienen un trasfondo egocéntrico, porque parte de la necesidad en las personas de pensar que el otro está siempre pendiente de nuestras acciones (aún sin estarlo, como si la distancia con el interlocutor no existiera o no fuese real) . Busca satisfacer una necesidad constante de validación que tiene su manifestación “física” en el like que es esperado luego de cada posteo. Narcisismo que se vuelve patológico cuando se disfruta o sufre frente a la presencia o la ausencia de dicho “like”. El otro se vuelve un objeto siempre presente, en cualquier modo, sea éste gratificando o dañando, y es a la vez real e imaginario.
Pensemos en como esto instalado permite que aparezca el ciberbullying, o la costumbre instalada de postear episodios de maltrato o peleas en las redes (una variante del ciberbullying), en el grooming, que es el goce de un adulto perverso con menores de edad, ejemplos claros pero no únicos de manifestaciones de estos fenómenos. Pensemos también en las apuestas on line, en las que los menores de edad y los adultos con dificultades en su autocontrol quedan atrapados sin poder poner límite, producto también del aturdimiento y la falta de reflexión que genera el contínuo e incesante transitar por las redes.
Este texto no agota, por supuesto, todas las variantes de la realidad cotidiana. Busca preguntas y reflexiones, pero esta vez, sí, en la intimidad.
Lic. Arístides Álvarez
Presidente ONG «Si nos reímos, nos reímos todxs»
www.nosreimostodxs.com