Detectar si los niños son víctimas de bullying es una tarea complicada, ya que una de las principales características de este fenómeno es el anonimato, los niños, niñas y adolescentes no denuncian ni se defienden, el acoso es tan peligroso y dañino que provoca indefensión y resignación.
Aunque este tipo de violencia ocurre en las instituciones educativas (públicas y privadas) también es responsabilidad de los padres, madres y tutores prevenir e intervenir.
Es importante que observes con detenimiento las actitudes y comportamientos de tus hijos(as), así como el tipo de interacción con sus compañeros de salón y amigos.
Conductas que te pueden indicar si tu hijo(a) está siendo víctima de acoso escolar:
Casi siempre está solo(a).
Constantemente “pierde” sus objetos personales (colores, plumas, juguetes, loncheras, etc.)
En los juegos de equipo nadie lo(a) elije.
Tiene dificultad para hablar en clase.
Le tiene miedo a la escuela.
Los fines de semana mejora su estado de ánimo.
Los domingos en la noche experimenta malestares físicos: dolor de cabeza, náuseas, vómito.
Tiene pesadillas.
Síntomas de ansiedad: se muerde las uñas, moja la cama, parece triste e irritabilidad.
Se siente ansioso(a) cuando piensa en la escuela.
Presenta heridas y moretones de aparición inexplicable.
Tiene dificultad para hacer valer sus derechos.
Le cuesta trabajo expresar emociones.
No tiene amigos.
Casi nunca lo invitan a las fiestas.